viernes, 14 de mayo de 2010

La suerte (Candela Incutti)


Año nuevo, fiesta, reunión familiar y todo lo que eso implica, pero sin embargo no seria de eso de lo que les quiero contar, si no de algo que no hable nunca con nadie.

Bueno volviendo a este 31 de diciembre, sentados todos en la mesa, recordando añejas anécdotas de los tiempos de antes, y mientras la década del setenta y los viejos recuerdos bailaban sobre la mesa se hicieron las 12, abrimos el champagne servimos las copas y a brindar por un nuevo año, antes de seguir quiero contarles que yo no creía en el destino ni tampoco en eso de romper una copa para obtener suerte, soy mas del lado de la ciencia.
Mi madre, curiosa persona, tiene un estilo hippie y es muy creyente del destino y de la suerte. Me sugirió que pidiera 3 deseos, que quiera para aquel 2006, me había parecido una idea absurda, escribir 3 deseos que anhelara con el alma, dentro de una botella de champagne de segunda, en fin para darle el gusto , metí una servilleta en blanco dentro de la botella le puse el corcho y la guarde en la alacena.
Pasado mucho tiempo, el 26 de septiembre del 2006, mi madre enferma, mi padre pierde el trabajo y yo estaba a punto de repetir de año.

Una persona normal hubiera dicho que era un mal año, pero a mí no me solían pasar cosas muy normales, así que fui a hablar con mi madre al hospital. A lo largo de la conversación ella toco el tema de año nuevo, me pregunto que había puesto en ese papel, por curiosidad, supongo, la cuestión es que no sabia que responder y dije:
Nada importante
¿Como nada importante? – Exclamo con enojo – Pero Camilo, no se puede pedir un deseo si uno no lo ansia fuertemente. ¿Entiendes hijo? Bueno como sea, la rompiste luego de pedir los deseos?
No mamá, nunca me dijiste que había que hacerlo.
Si camilo, ya veo porque no se te cumplieron los deseos, eso a mi nunca me fallaba.
Resignado frente a lo que la vida me deparara me fui del hospital hasta mi casa. Al llegar mientras estudiaba, o intentaba de estudiar me acorde de que había guardado la botella en la alacena, y la fui a buscar, la abrí y todavía estaba el papel ahí. Quería probar, no se a ver si, quizás si escribía los deseos ahora y rompía la botella se cumplían. Agarre el papel una vieja birome y escribí:
Deseo que mi padre recupere su trabajo.
Deseo rendir bien mi última materia y pasar de año.
Deseo que mi madre se recupere.
Metí la servilleta adentro, tape la botella y la di contra la mesada, se partió miles de pedazos. Yo no sentía nada diferente para mi seguía todo igual. Así que deje los pedazos ahí y me fui a estudiar, porque si la suerte no me ayudaba debía ser yo quien lo hiciera por si mismo.
Al otro día como a las 3 de la mañana, llaman del hospital, mi madre se había recuperado del infarto, ya podía respirar mejor e iba a estar unos días en observación, por el mediodía, mi padre consiguió trabajo como profesor de música en una escuela de la ciudad y por ultimo después de 3 días fui a rendir matemática, con 0 expectativa de logro pero fui igual, por la tarde me avisan que pase de año con una materia previa.
No se si fue la suerte, la ciencia, si fui yo, o que fue, pero entendí que si lo deseas con mucha fuerza pueda cumplirse, sólo si realmente lo deseas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario